No Debía Estar Allí, Pero Me Reconoció al InstanteSu mano tembló al alcanzar la mía, y comprendí que algunos encuentros no son casualidad, sino destinos que se cruzan por segunda vez.

Me dije que no iba a llorar. No hoy. No después de todo lo que ya había pasado. No con el barro pegado a mis botas y el estómago revuelto por el olor de ese lugar. Firmé los papeles hace meses, renuncié a la propiedad bajo presión—cosas que no voy a contar ahora. Se suponía … Read more